sábado, 5 de marzo de 2016

DOMINGO IV DE CUARESMA CICLO C

DOMINGO IV DE CUARESMA            CICLO C
¿Qué es la amnistía?
Buenos días. San Pablo nos hace notar que Dios renuncia a tomar en cuenta nuestros pecados y ha ofrecido a su propio Hijo para nuestra justificación.  Participemos con mucha devoción y escuchemos la tarea que nos deja: somos embajadores de Dios, somos promotores de la reconciliación. 


PRIMERA LECTURA
La celebración de la Pascua recuerda un cambio de vida: se quedan atrás las angustias y los enemigos y se inicia una vida de seguridad y alegría. La Pascua es el inicio de una vida en la tierra de la libertad.

SEGUNDA LECTURA
La principal afirmación de esta Palabra de Dios es que Dios nos reconcilió consigo por medio de Cristo.

EVANGELIO 
Atendamos a esta parábola: El Padre ofrece una nueva vida al hijo arrepentido. Una vida de fiesta.

ORACIÓN DE LOS FIELES
Oremos, hermanos, al Señor, que no desea la muerte del pecador, sino que se convierta y viva, y pidámosle que tenga misericordia de su pueblo penitente: (R/. Escúchanos, Señor.)
Para que Dios aumente la fe y fortalezca la voluntad de los que se preparan a recibir en estos días cuaresmales el sacramento de la penitencia y les conceda un verdadero arrepentimiento de sus culpas, roguemos al Señor.
Para que el Señor abra la inteligencia y el corazón de los incrédulos, de manera que lleguen al conocimiento de la verdad, y en la fe encuentren aquel descanso que tanto desea su corazón, roguemos al Señor.
Para que Dios nos conceda generosidad y prontitud para atender a nuestros hermanos que lo pasan mal, a cualquier necesitado de nuestra caridad, roguemos al Señor.
Para que todos nosotros perseveremos en el esfuerzo cuaresmal y lleguemos, purificados e iluminados, a las fiestas de Pascua que se acercan, roguemos al Señor.


Dios rico en misericordia, que acoges con el abrazo del perdón a tus hijos que, arrepentidos, retornan a ti, escucha nuestras oraciones, perdona nuestras culpas y revístenos con vestiduras de fiesta, para que podamos participar en el banquete pascual. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN.        Sal 121, 3-4
Jerusalén ha sido edificada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,
según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor.

SALIDA

Después de escuchar cuánto amor nos tiene nuestro Padre Dios, recordemos que somos mensajeros también, somos embajadores de Dios que tenemos una encomienda: invita a tus vecinos a reconciliarse con Dios, que nos invita a una nueva vida.  Feliz domingo para todos.


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P. Miguel