sábado, 25 de julio de 2020

DOMINGO XVII DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO A

DOMINGO XVII DEL TIEMPO ORDINARIO     CICLO A

ENTRADA

Buenos días.
El rey Salomón empezó su responsabilidad siendo un jovencito inexperto y tuvo la oportunidad de pedirle a Dios sabiduría para saber gobernar a su pueblo.  Y Dios se la concedió.  Tengamos presente en nuestra oración a nuestros gobernantes y nosotros mismos aprendamos que es preciso saber escuchar para saber tomar las decisiones correctas.  Dios nos ha escogido para servir a nuestros hermanos y nos da las cualidades y habilidades que necesitamos para nuestras tareas.

Bienvenidos a esta celebración.

PRIMERA LECTURA
Escucha a tu Dios que te da a escoger qué pedirle hoy en tu oración.
SEGUNDA LECTURA
Cómo explicamos los acontecimientos de nuestra vida.  Aprendamos que todo contribuye para bien de los que aman a Dios.
EVANGELIO
Aquí escucharemos otras tres parábolas que debemos meditar en nuestro corazón


ORACION DE LOS FIELES 
Pidamos, hermanos, el auxilio del Espíritu Santo, para que inspire nuestras oraciones y ruegue con nosotros por las necesidades del mundo, respondiendo: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.) 

- Por el Papa, nuestros Obispos, y por todas nuestras autoridades, que reconozcan que sólo Dios tiene palabras de salvación para su pueblo y por ella se dejen guiar.
- Que todos nosotros reconozcamos la pequeñez de nuestra persona ante la inmensidad de nuestro Dios y nos dispongamos siempre a ser instruidos por su Palabra.
- Que seamos capaces de reconocer nuestra ignorancia y asì pidamos la sabiduría que Dios nos ofrece en sus mandamientos y enseñanzas.
- Por todos nosotros aqui reunidos y por las personas que se encomiendan a nuestra oración; que Dios nos conceda todo lo que necesitamos para cumplir su voluntad.
- Por nuestros difuntos; que Dios nuestro Padre los reciba en su gloria y a nosotros nos anime a alcanzar la santidad que nos lleve a disfrutar la alegría eterna en el cielo.

Señor Dios, que nos permites escuchar tu Palabra, concédenos la sabiduría que procede de ti, que transforme nuestro corazón  y nuestra vida toda esté consagrada a encontrarte y seguirte a ti, que eres nuestro tesoro. Por Jesucristo, nuestro Señor. 


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 102,2
Bendice, alma mía al Señor
y no te olvides de sus beneficios.

SALIDA.

No olvidemos las recomendaciones de mantenernos cuidados: constante lavado de manos, uso de cubrebocas, sana distancia, y quédate en casa.  Puebla tiene el primer lugar de contagios en toda la Patria y esto exige nuestra participación responsable activa
Pidamos a la Virgen María su protección.
Bajo tu amparo nos acogemos...

sábado, 18 de julio de 2020

DOMINGO XVI DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO A

DOMINGO XVI DEL TIEMPO ORDINARIO     CICLO A

ENTRADA

Buenos días.
Ante las dificultades de nuestro tiempo quisiéramos soluciones inmediatas y si no se nos presentan, nos sentimos desesperados.  Atendamos hoy la proclamación de la Palabra  que nos habla de la paciencia de Dios y la razón que tiene para hacerlo así.  El es nuestro creador, y nos cuida a todos y nos da señales y tiempo para nuestra conversión.
Presentemos a Dios nuestras necesidades, nuestras inquietudes y dificultades sabiendo que El puede resolverlas todas pero nos acompaña fomentando nuestra esperanza y la participación de nuestra parte.

Bienvenidos a esta celebración.

PRIMERA LECTURA
¿Por qué tarda Dios en actuar y destruye de inmediato el mal?
SEGUNDA LECTURA
Vamos a escuchar en esta enseñanza cómo actua el Espíritu Santo en nosotros.
EVANGELIO
Jesucristo proclama tres parábolas, explica una y deja a nuestra reflexión las otras dos.

ORACION DE LOS FIELES 
Pidamos, hermanos, al Dios de la misericordia que auxilie nuestra pequeñez, para que podamos invocar su nombre con los sentimientos que él desea. Digamos confiadamente: Escúchanos, Señor. (R/. Escúchanos, Señor.) 

- Pidamos con mucha confianza que sane nuestro ambiente, que sane nuestros cuerpos y nuestro entendimiento.  Que veamos en todos los acontecimientos la manifestación de la misericordia de Dios.
- Que tengamos mucha paciencia en nuestros días, que sepamos descubrir actitudes nuevas para nuestra convivencia, para nuestro trabajo y ocupaciones, para satisfacer nuestras responsabilidades.
- Que junto con nuestras autoridades, tomemos con mucha responsabilidad las tareas y los compromisos que debemos hacer para protegernos y ayudar a todos en estos tiempos de dificultades.
- Por tantas personas enfermas en los hospitales y en sus casas, por las personas que los atienden: médicos, enfermeros, químicos, y todas las personas que los atienden, que lo hagan con caridad.
- Por toda nuestra comunidad parroquial, por quienes hoy se sienten confundidos, por quienes se han quedado sin trabajo, por quienes sufren problemas económicos y morales.

Que nos sostenga, Señor, la paciencia de tu amor para que nos acojamos a tu santa voluntad y veamos reforzada la esperanza de pronto alcanzar situaciones que nos beneficien a todos.  Por Jesucristo nuestro Señor. 

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 6, 56 
El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él, dice el Señor.

SALIDA.
(Después de la oración de la comunión, el monitor dice:)
Llenos de esperanza, confiados en que Jesucristo nuestro Señor está siempre a nuestro lado, empezamos esta semana con la bendición de parte de Dios que nos imparte el sacerdote.  Y enseguida pidamos la intercesión de la Santísima Virgen María, que seamos capaces de hacer lo mismo que ella: confiar absolutamente y en toda la vida de la voluntad divina.
(El sacerdote imparte la bendición y reza a la Virgen Maria.  Y entonces el monitor dice:)

Buen domingo y feliz semana para todos.  

sábado, 11 de julio de 2020

DOMINGO XV DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO A

DOMINGO XV DEL TIEMPO ORDINARIO     CICLO A

ENTRADA

Buenos días.
Hoy, fiesta del Patronato de Nuestra Señora de Ocotlán, exclamamos como Provincia Eclesiástica: "Santa María, Madre de Dios y madre nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos"
Nuestra Señora libró al pueblo de una epidemia que afligía a la región, mostrando a Juan Diego, de Xiloxoxtla, Tlax., una fuente de agua ganadora.  Al consagrarnos a ella en este día, le pediremos que nos conceda nuevamente la gracia de la salud, como en 1541.
La consagración de nuestra Provincia Eclesiástica Angelopolitanas, integrada por las diócesis de Puebla, Tehuacán, Huajuapan de León y Tlaxcala a nuestra Señora de Ocotlán es un acto de confianza filial: estamos seguros de que Ella, ante la pandemia que estamos padeciendo, intercederá por nosotros y nos alcanzará de su Hijo Jesús la gracia de la salud y de la vida para nuestros pueblos y el mundo entero
Bienvenidos a esta celebración.

PRIMERA LECTURA
La Palabra de Dios es eficaz, como la lluvia.
SEGUNDA LECTURA
Nosotros hoy experimentamos el desorden de la naturaleza y esperamos la manifestación del poder de Dios.
EVANGELIO
Jesucristo enseña con parábolas y hoy nos explica una.  Atendamos.

ORACION DE LOS FIELES 
Que nuestras oraciones lleguen, hermanos, a la presencia del Señor y que nuestros ruegos sean escuchados y sean satisfechas nuestra necesidades.  Digamos confiadamente: Escúchanos, Señor. (R/. Escúchanos, Señor.) 

- Que el Espíritu Santo renueve el ambiente que vivimos, nos conceda la salud de los enfermos y paciencia para aceptar su voluntad.
- Que la Palabra de Dios transforme nuestro corazón y nuestra vida y nos disponga a vivir un tiempo mejor.
- Que la creación entera sea transformada por la Palabra de Dios, pues nosotros no podemos remediar los males que nos aquejan hoy mismo.
- Que proteja a todas las personas que trabajan procurando la salud de nuestros hermanos y que fortalezca nuestro ánimo de cuidarnos para cuidar a otros.

Escucha, Señor, las oraciones que le dirigimos todos los fieles cristianos en esta Provincia Eclesiástica y por la intercesión de la Virgen de Ocotlán concede la salud de nuestros enfermos y de nuestro ambiente.  Transforma nuestro corazón y nuestro mundo.  Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 6, 56 
El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él, dice el Señor.

SALIDA.
Consagración de la Provincia Angelopolitana a Nuestra Señora de Ocotlán


Puebla – Tehuacán – Huajuapan – Tlaxcala

“Vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos”
Santísima Virgen María, Nuestra Señora de Ocotlán,
Patrona de la Provincia Eclesiástica Angelopolitana,
tus hijos de las Diócesis de Puebla, Tehuacán, Huajuapan y Tlaxcala peregrinamos espiritualmente a tu Santuario
para suplicarte que manifiestes nuevamente tu amor y tu ternura: 
“Vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos”.
Una pandemia agobia no sólo a nuestros pueblos, sino al mundo entero;
nos invade el dolor, la tristeza, la incertidumbre... Muchos de tus hijos, Madre,
están enfermos y otros nos han dejado.
Por este motivo, tu pueblo, implora tu intercesión: 
“Vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos”.
Te manifestaste a Juan Diego, de Xiloxoxtla, Tlax., como “Salud de los enfermos”,
ante una devastadora epidemia, en 1541, invitándole a ser “apóstol de la salud”:
“Yo te daré un agua con la que se extinguirá el contagio..., porque mi corazón, sufre al ver tantas desdichas sin remediarlas”. Madre de Ocotlán, como en aquel tiempo:“Vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos”.
Quisiste quedarte con nosotros
y nos has dejado tu hermosa imagen en Ocotlán, donde nos acoges, escuchas
y pides que hagamos lo que Jesús nos diga.
Gracias, Madre, por darnos tu imagen
y el “agua santa”,
signos de la Misericordia de Dios,
que nos alientan a ser discípulos misioneros de Jesús. Por esto te suplicamos:
“Vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos”.
Ante tanto dolor, sufrimiento, desempleo, pobreza, desorientación, temor, violencia, muerte...,
que nos hace sentir pequeños y frágiles,
la Provincia Eclesiástica Angelopolitana,
integrada por las Diócesis
de Puebla, Tehuacán, Huajuapan y Tlaxcala,
eleva su oración confiada 
y nos consagramos a ti, Madre amorosa; ponemos bajo tu mirada a nuestros pueblos,
especialmente a tus hijos más vulnerables:
los ancianos, los niños, los enfermos, las mujeres embarazadas, los hermanos de los pueblos originarios, los migrantes,
los que no tienen trabajo ni techo, los privados de su libertad, para que por tu intercesión
nos alcances de tu Hijo la salud y la esperanza.
Madre de Ocotlán:
“Vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos”.
Estrella de la primera y de la nueva evangelización, gran misionera de nuestros pueblos,
sé fortaleza de los moribundos
y consuelo de quienes les lloran;
sé caricia maternal que conforta a los enfermos;
sé compañía de los profesionales de la salud que los cuidan; y para todos nosotros, Madre, sé presencia y ternura;
que en el hueco de tus manos
todos encontremos seguridad
e intercede ante tu Hijo para que termine esta pandemia, que tanto dolor y sufrimiento ha causado
y cuyas consecuencias son adversas
para nuestras familias, la Iglesia y la sociedad.
Alcánzanos la gracia de salir con amor
al encuentro de nuestros hermanos,
venciendo la dureza de nuestro corazón.
Te pedimos con gran confianza:
“Vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos”. 


sábado, 4 de julio de 2020

DOMINGO XIV DEL TIEMPO ORDINARIO CILO A

DOMINGO XIV DEL TIEMPO ORDINARIO     CICLO A

ENTRADA

Buenos días.
Hoy iniciamos un octavario de oración a Nuestra Señora de Ocotlán.  Nuestros Obispos nos invitan a confiar nuestras necesidades a ella y así como en 1541 acudió en ayuda de nuestro pueblo para terminar una epidemia, así ahora vuelva a nosotros sus ojos misericordiosos y nos libre de esta pandemia tan grave y dolorosa.
Unamos nuestras voces y nuestro corazón en oración buscando la intercesión de nuestra Madre Santísima.
Bienvenidos a esta celebración.

PRIMERA LECTURA
Reconoce a tu rey, humilde, sencillo, que se acerca para anunciarnos la paz.
SEGUNDA LECTURA
El Espíritu Santo nos gobierna y así como provoca la paz en nuestro corazón lo provoca en nuestra sociedad.
EVANGELIO
Jesucristo alaba al Padre y nos invita a identificarnos con El, manso y humilde de corazón.

ORACION DE LOS FIELES 
Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras súplicas y acoja nuestras peticiones. Digamos confiadamente: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.) Oremos a Dios por el Papa Francisco, y por los obispos de esta Provincia eclesiástica Angelopolitana, que tengan la sabiduría del Espíritu Santo para orientar al pueblo de Dios que les ha sido encomendado.
 - Por nuestras autoridades civiles, que el Espíritu Santo les aconseje lo que deben decidir para beneficio de nuestro pueblo.
- Que Dios nos conceda vivir con salud, en paz y concordia, los frutos que nos trae nuestro rey humilde y sencillo.
- Por todas las personas que sufren cualquier enfermedad, que sientan el consuelo que Dios les ofrece a través de nuestras obras de caridad.
- Por todos nuestros difuntos, que el Señor los reciba en su gloria y los cuente entre sus santos y elegidos.

Señor Dios,  escucha nuestras oraciones y haz que, como discípulos de tu Hijo, llevemos con él el yugo suave de la cruz y anunciemos a los hermanos el descanso eterno que sólo se encuentra en ti. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 33,9 
Prueben y vean qué bueno es el Señor; dichoso quien se acoge a él. 

SALIDA.
Recuerden, nuestros Obispos nos invitan a rezar el santo rosario y pedirle a la Virgen de ocotlán: vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos.
Que la Santísima Virgen interceda por todos nosotros y por todo el mundo.  

Oración
Oh Señora de Ocotlán!,
tú que resplandeces siempre en nuestra vida como signo de salvación y esperanza,
te suplicamos:
“Vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos”.

Te has acercado a nosotros para darnos a Jesús; a lo largo de los siglos has dado alma y ternura a nuestros pueblos.
Coloca en el hueco de tus manos
a nuestra Provincia Eclesiástica,
a nuestro pueblo mexicano
y a todas las naciones de los cinco continentes. Hoy, que nos aqueja la pandemia, te suplicamos: 
“Vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos”

Oh María,
nos encomendamos a Ti, salud de los enfermos; tú que fuiste asociada al dolor de Jesús, manteniendo firme tu fe.
Tú, salvación de todos los pueblos,
sabes lo que necesitamos
y estamos seguros de que proveerás para que, como en Caná de Galilea,
pueda regresar la alegría y la fiesta
después de este momento de prueba;
por esto, te suplicamos:
“Vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos”

Intercede por nosotros ante tu Hijo Jesús: que los enfermos experimenten
la salvación y la salud;
fortalece a sus familias en esta dura prueba. Que cada uno de nosotros,

sirvamos a los demás;
en espíritu de solidaridad cristiana.

Sé auxilio para los médicos,
los trabajadores de la salud
y los trabajadores sociales
en el desempeño de su servicio. Madre de Ocotlán:

“Vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos”
Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no desprecies las súplicas
que te dirigimos en nuestras necesidades;
antes bien, líbranos de todo peligro,

¡oh Virgen, gloriosa y bendita!
“Vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos”. Amén

Buen domingo y feliz semana para todos.