sábado, 5 de septiembre de 2020

DOMINGO XXIII DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO A

DOMINGO XXIII DEL TIEMPO ORDINARIO     CICLO A

ENTRADA

Buenos días.
Seguramente que cada uno de nosotros se ha sentido acusado, criticado por los vecinos.  Pero también muchas veces nos hemos sentido calificados para acusar, para corregir y quizá hasta para despreciar a quien se ha equivocado en sus acciones.  Un defecto muy notorio es la acusación, la crítica.
Y Jesucristo hoy nos da unas pautas mejores para nuestro actuar: revisa tu vida y luego habla con tu hermano para tratar de corregirlo.  Reza por él pues nuestra oración consigue siempre lo que necesitamos.
Participemos en esta celebración dominical con mucha devoción y abierto nuestro corazón a la voz de Dios que nos ha llamado para instruirnos y para celebrar nuestra fe.

Bienvenidos.

PRIMERA LECTURA
Dios da unas tareas importantes al profeta.  No a toda la comunidad, sino al profeta.
SEGUNDA LECTURA
Lo importante de nuestra fe es la práctica de la Palabra que escuchamos.  San Pablo nos recuerda los mandamientos importantes.
EVANGELIO
Jesucristo habla sobre la corrección fraterna. Y sobre la efectividad de nuestra oración.

ORACION DE LOS FIELES 
Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras plegarias y atienda a nuestras necesidades. Digamos: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.) 

- Por la santa Iglesia de Dios, que aumente el número de los fieles y todos nos mantengamos en la unidad que nos da el Espíritu Santo.
- Por la paz de todo el mundo, que el amor mutuo arraigue en nuestros corazones y la unidad y la paz sean nuestra identidad de cristianos.
- Que Dios Padre todopoderoso nos purifique de todos los errores, dé salud a los enfermos, aleje el hambre y la guerra de todas las naciones.
- Que el Señor nos conceda perseverar en la fe hasta el fin de nuestra vida y a nuestros difuntos los admita en el reino de la paz y la felicidad eterna.

Señor Jesucristo, que has prometido que el Padre del cielo escucharía la plegaria de los que se reúnen en tu nombre, danos un espíritu y un corazón nuevo, para que, amándonos los unos a los otros, cumplamos de verdad tu ley. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. 


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 8,12 
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; 
el que me sigue, no camina en tinieblas, 
sino que tendrá la luz de la vida. 

SALIDA.

No olvidemos que nuestra oración es efectivamente atendida por nuestro Padre Dios. Hagamos esto: pongámonos de acuerdo para pedirle a Dios la conversión de los pecadores y la solución de todas nuestras necesidades.
Aprovechemos la intercesión de la santísima Virgen María a quien invocamos en nuestras necesidades.  Digamos:
Bajo tu amparo nos acogemos...

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