DOMINGO XXXIII DEL TIEMPO ORDINARIO
CICLO C
Al
monitor: saluda a la gente diciendo buenos días y espera a que estèn
de pié. Ahora haces la pregunta y esperas que te contesten.
ENTRADA
Buenos días. Bienvenidos.
Muchos problemas tiene nuestro mundo: narcotráfico, corrupción, familias descompuestas, desatención a los ciudadanos. Pero el Señor Jesús nos ofrece una enseñanza: si nos mantenemos firmes en nuestras convicciones podremos sanear nuestro mundo.
Muchos problemas tiene nuestro mundo: narcotráfico, corrupción, familias descompuestas, desatención a los ciudadanos. Pero el Señor Jesús nos ofrece una enseñanza: si nos mantenemos firmes en nuestras convicciones podremos sanear nuestro mundo.
PRIMERA LECTURA
El profeta
anima al pueblo confiando en el dìa del Señor, día de venganza, de
cobrar cuentas pendientes a los malvados. Pero esta no es la enseñanza
del Evangelio.
SEGUNDA LECTURA
El apóstol san Pablo nos hace notar que hoy hacen falta más personas ejemplares que líderes que sólo hablan.
EVANGELIO
Jesucristo
predice tragedias y angustias para toda la humanidad; sólo la
predicación del Evangelio a niños y jóvenes anticipa una nueva
realidad. Sólo la educación puede animarnos a mejores objetivos
familiares y sociales.
ORACIÓN DE LOS FIELES
(Esta antífona se dice cuando el sacerdote empieza a repartir la comunión)
Pidamos,
hermanos, al Señor que escuche nuestras súplicas y acoja con bondad
nuestras peticiones, digamos con fe y devoción: Te rogamos, Señor.
(R/. Te rogamos, Señor.)
Para que el Señor, el único que puede inspirar y llevar a término los buenos propósitos, multiplique el número de fieles que, abandonando todas las cosas, se consagren exclusivamente a él en la vida religiosa, roguemos al Señor.
Para que Dios, al que han de servir los poderes humanos, conceda a los jefes de las naciones, buscar la voluntad divina, temer a Dios en el cumplimiento de su misión y acertar en sus decisiones, roguemos al Señor.
Para que Dios, que ha creado los alimentos para los seres vivos, mire con misericordia a las creaturas que en distintos lugares pasan hambre mueva el corazòn de sus hermanos que les proporcionene el alimento necesario, roguemos al Señor.
Para que el Señor, que nos ha dado el mandamiento nuevo del amor, nos dé fuerza para amar a nuestros enemigos y para cumplir su precepto de devolver bien por mal, roguemos al Señor.
Dios nuestro, principio y fin de todas las cosa, que quieres reunir a toda la humanidad para formar el templo vivo del Cuerpo de tu Hijo, escucha las oraciones de la Iglesia suplicante y haz que, a través de los acontecimientos, alegres y tristes, de la propia vida, mantengamos firme la esperanza de que, sufriendo con perseverancia, ganaremos la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Para que el Señor, el único que puede inspirar y llevar a término los buenos propósitos, multiplique el número de fieles que, abandonando todas las cosas, se consagren exclusivamente a él en la vida religiosa, roguemos al Señor.
Para que Dios, al que han de servir los poderes humanos, conceda a los jefes de las naciones, buscar la voluntad divina, temer a Dios en el cumplimiento de su misión y acertar en sus decisiones, roguemos al Señor.
Para que Dios, que ha creado los alimentos para los seres vivos, mire con misericordia a las creaturas que en distintos lugares pasan hambre mueva el corazòn de sus hermanos que les proporcionene el alimento necesario, roguemos al Señor.
Para que el Señor, que nos ha dado el mandamiento nuevo del amor, nos dé fuerza para amar a nuestros enemigos y para cumplir su precepto de devolver bien por mal, roguemos al Señor.
Dios nuestro, principio y fin de todas las cosa, que quieres reunir a toda la humanidad para formar el templo vivo del Cuerpo de tu Hijo, escucha las oraciones de la Iglesia suplicante y haz que, a través de los acontecimientos, alegres y tristes, de la propia vida, mantengamos firme la esperanza de que, sufriendo con perseverancia, ganaremos la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
(Esta antífona se dice cuando el sacerdote empieza a repartir la comunión)
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Sal
72, 28
Mi
felicidad consiste en estar cerca de Dios y en poner sólo en él mis esperanzas.
SALIDA
Hoy
le agradecemos a Dios la proclamación del año santo de la
Misericordia. Y despues del año santo, nos sigue el esfuerzo por
mantenernos haciendo el bien, buscando un nuevo mundo que se consigue
con nuestros espfuerzos diarios. Recuerda a todo mundo: Dios espera de
nosotros un cambio de vida. Buen domingo para todos.
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