ENTRADA
Buenos días.
Hoy iniciamos un octavario de oración a Nuestra Señora de Ocotlán. Nuestros Obispos nos invitan a confiar nuestras necesidades a ella y así como en 1541 acudió en ayuda de nuestro pueblo para terminar una epidemia, así ahora vuelva a nosotros sus ojos misericordiosos y nos libre de esta pandemia tan grave y dolorosa.
Unamos nuestras voces y nuestro corazón en oración buscando la intercesión de nuestra Madre Santísima.
Bienvenidos a esta celebración.
Hoy iniciamos un octavario de oración a Nuestra Señora de Ocotlán. Nuestros Obispos nos invitan a confiar nuestras necesidades a ella y así como en 1541 acudió en ayuda de nuestro pueblo para terminar una epidemia, así ahora vuelva a nosotros sus ojos misericordiosos y nos libre de esta pandemia tan grave y dolorosa.
Unamos nuestras voces y nuestro corazón en oración buscando la intercesión de nuestra Madre Santísima.
Bienvenidos a esta celebración.
PRIMERA LECTURA
Reconoce a tu rey, humilde, sencillo, que se acerca para anunciarnos la paz.
SEGUNDA LECTURA
SEGUNDA LECTURA
El Espíritu Santo nos gobierna y así como provoca la paz en nuestro corazón lo provoca en nuestra sociedad.
EVANGELIO
Jesucristo alaba al Padre y nos invita a identificarnos con El, manso y humilde de corazón.
ORACION DE LOS FIELES
Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras súplicas y acoja nuestras peticiones. Digamos confiadamente: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.) Oremos a Dios por el Papa Francisco, y por los obispos de esta Provincia eclesiástica Angelopolitana, que tengan la sabiduría del Espíritu Santo para orientar al pueblo de Dios que les ha sido encomendado.
- Por nuestras autoridades civiles, que el Espíritu Santo les aconseje lo que deben decidir para beneficio de nuestro pueblo.
- Que Dios nos conceda vivir con salud, en paz y concordia, los frutos que nos trae nuestro rey humilde y sencillo.
- Por todas las personas que sufren cualquier enfermedad, que sientan el consuelo que Dios les ofrece a través de nuestras obras de caridad.
- Por todos nuestros difuntos, que el Señor los reciba en su gloria y los cuente entre sus santos y elegidos.
Señor Dios, escucha nuestras oraciones y haz que, como discípulos de tu Hijo, llevemos con él el yugo suave de la cruz y anunciemos a los hermanos el descanso eterno que sólo se encuentra en ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 33,9
Prueben y vean qué bueno es el Señor; dichoso quien se acoge a él.
SALIDA.
Recuerden, nuestros Obispos nos invitan a rezar el santo rosario y pedirle a la Virgen de ocotlán: vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos.
Que la Santísima Virgen interceda por todos nosotros y por todo el mundo.
Oración
Que la Santísima Virgen interceda por todos nosotros y por todo el mundo.
Oración
Oh Señora de Ocotlán!,
tú que resplandeces siempre en nuestra vida como signo de salvación y esperanza,
te suplicamos:“Vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos”.
Te has acercado a nosotros para darnos a Jesús; a lo largo de los siglos has dado alma y ternura a nuestros pueblos.
Coloca en el hueco de tus manos
tú que resplandeces siempre en nuestra vida como signo de salvación y esperanza,
te suplicamos:“Vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos”.
Te has acercado a nosotros para darnos a Jesús; a lo largo de los siglos has dado alma y ternura a nuestros pueblos.
Coloca en el hueco de tus manos
a nuestra Provincia Eclesiástica,
a nuestro pueblo mexicano
y a todas las naciones de los cinco continentes. Hoy, que nos aqueja la pandemia, te suplicamos: “Vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos”
Oh María,
nos encomendamos a Ti, salud de los enfermos; tú que fuiste asociada al dolor de Jesús, manteniendo firme tu fe.
Tú, salvación de todos los pueblos,
sabes lo que necesitamos
y estamos seguros de que proveerás para que, como en Caná de Galilea,
pueda regresar la alegría y la fiesta
después de este momento de prueba;
por esto, te suplicamos:“Vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos”
Intercede por nosotros ante tu Hijo Jesús: que los enfermos experimenten
la salvación y la salud;
fortalece a sus familias en esta dura prueba. Que cada uno de nosotros,
sirvamos a los demás;
en espíritu de solidaridad cristiana.
Sé auxilio para los médicos,
los trabajadores de la salud
y los trabajadores sociales
en el desempeño de su servicio. Madre de Ocotlán:
“Vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos”
Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no desprecies las súplicas
que te dirigimos en nuestras necesidades;
antes bien, líbranos de todo peligro,
¡oh Virgen, gloriosa y bendita!
“Vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos”. Amén
a nuestro pueblo mexicano
y a todas las naciones de los cinco continentes. Hoy, que nos aqueja la pandemia, te suplicamos: “Vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos”
Oh María,
nos encomendamos a Ti, salud de los enfermos; tú que fuiste asociada al dolor de Jesús, manteniendo firme tu fe.
Tú, salvación de todos los pueblos,
sabes lo que necesitamos
y estamos seguros de que proveerás para que, como en Caná de Galilea,
pueda regresar la alegría y la fiesta
después de este momento de prueba;
por esto, te suplicamos:“Vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos”
Intercede por nosotros ante tu Hijo Jesús: que los enfermos experimenten
la salvación y la salud;
fortalece a sus familias en esta dura prueba. Que cada uno de nosotros,
sirvamos a los demás;
en espíritu de solidaridad cristiana.
Sé auxilio para los médicos,
los trabajadores de la salud
y los trabajadores sociales
en el desempeño de su servicio. Madre de Ocotlán:
“Vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos”
Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no desprecies las súplicas
que te dirigimos en nuestras necesidades;
antes bien, líbranos de todo peligro,
¡oh Virgen, gloriosa y bendita!
“Vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos”. Amén
Buen domingo y feliz semana para todos.
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