sábado, 4 de junio de 2016

DOMINGO X DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO C

DOMINGO X DEL TIEMPO ORDINARIO           CICLO C


ENTRADA
Buenos días:
Hoy reflexionamos sobre las enseñanzas de Jesucristo acerca de un tema difícil para nosotros: la muerte.  Qué hacemos cuando nos acercamos a una persona que tiene este gran dolor de la muerte de un familiar, de un hijo. Qué consuelo ofrecemos.  
Jesús se revela como un sanador compasivo siempre atento a las urgencias y necesidades de las personas más necesitadas.
Bienvenidos a esta celebración.

PRIMERA LECTURA
A una viuda que había dado de comer por tres años al profeta Elías, se le murió el único hijo y es devuelto a la vida por la intercesión del profeta.

SEGUNDA LECTURA
Aclara san Pablo que el evangelio que predica no es de origen humano, sino revelación de Jesucristo. También los paganos están llamados a la salvación.

EVANGELIO
Muchas personas acompañan el dolor de una viuda  a la entrada de Naím.  Movido por la compasión y con la fuerza divina hace el milagro; el muerto se incorporó y todos daban gloria a Dios.

ORACIÓN DE LOS FIELES

Dirijamos, hermanos, nuestra oración a Dios Padre misericordioso, con aquella confianza filial que el Espíritu de Cristo ha infundido en nuestros corazones, diciendo: Padre, escúchanos. 

- Por el Papa, los obispos y los sacerdotes, que nos hagan notar por su predicación la presencia y el poder de Cristo en medio de nuestro pueblo.
- Por los gobernantes de nuestra Patria, por los gobernantes que hoy se eligen, para que en verdad se esfuercen por resolver las necesidades de los más débiles de sus pueblos.
- Por todas las personas que tienen dudas sobre su fe, que Jesucristo haga sentir su poder salvador ante cualquiera de sus necesidades.
- Por nuestros familiares y amigos enfermos, que por medio de nuestras ayudas puedan descubrir la cercana misericordia divina.

Dios nuestro, consuelo de los afligidos, que nos inspiras sentimientos de bondad y fraternidad, concédenos poner por obra lo que nos inspiras.  Por Jesucristo, nuestro Señor.


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN    Sal 17, 3
Señor, tú eres mi fortaleza, mi refugio, mi liberación y mi ayuda. Tú eres mi Dios.

SALIDA
Recordemos que las necesidades de nuestros hermanos son una oportunidad para acercarnos y hacernos presentes y manifestarnos misericordiosos como el Padre.
Buen domingo para todos.

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