Buenos
días.
Este
tercer domingo de cuaresma nos permite reflexionar sobre la presencia
de Dios en todo momento de nuestra vida. Cuántas veces, en situaciones
difíciles, nos hemos preguntado si está o no está el Señor con
nosotros. Hagamos conciencia de nuestra débil fe, de los momentos de
dudas que hemos tenido y quizá hasta nos hemos atrevido a renegar de
nuestra fe. Atendamos hoy a esta enseñanza que nos hace notar que Dios
está siempre con nosotros, sólo nos falta reconocer la sutil presencia
de Dios junto a nosotros.
Bienvenidos
a esta celebración.
PRIMERA
LECTURA
La
falta de pan y de agua y la iniciativa de algún murmurador, lleva a
todo el pueblo a preguntarse sobre la cercanía de Dios con su pueblo.
SEGUNDA
LECTURA
Siendo
nosotros pecadores Dios Padre nos dió a su Hijo para el perdon de los
pecados. Y en consecuencia ha infundido el Espíritu Santo en nuestros
corazones.
EVANGELIO
Jesucristo
se manifiesta como profeta a esta mujer samaritana y le hace notar que
Dios hace notar su presencia en las cosas sensillas de nuestra vida.
ORACIÓN
DE LOS FIELES
Instruidos
por el ejemplo de Jesús, el Señor, que en el desierto se entregaba
a la oración, oremos también nosotros con insistencia a nuestro
Dios: (R/. Escúchanos, Señor.)Para
que en medio de los problemas diarios sintamos la presencia de
nuestro Dios que viene a salvarnos, que ciertamente está con
nosotros. Roguemos al Señor.
Para que nuestra oración constante nos alcance los bienes que pedimos y podamos ayudar a otros muchos hermanos nuestros a confiar en nuestro Dios, cercano siempre. Roguemos al Señor.
Para que el Santo Padre Francisco, en este cuarto aniversario de su pontificado, sea asistido constantemente por la gracia y la fortaleza de Dios, para que guiando a su pueblo le haga sentir la certeza de que Dios está con nosotros. Roguemos al Señor.
Para que el Señor mueva los corazones de todos sus hijos, para que dejemos de ofendernos con nuestras injusticias y ambiciones; para que se acaben tantos robos y asaltos en las calles. Roguemos al Señor.
Para que infunda en todos nosotros el deseo de una verdadera conversión que nos merezca la cercanía de su bondad y para que recompense las buenas obras de nuestros familiares difuntos. Roguemos al Señor.
Para que todas nuestras familias tengan en san José un ejemplo de diálogo y comprensión, de generosidad y fidelidad, que nos provoque vivir en unidad y sinseridad. Roguemos al Señor.
Señor nuestro, fuente de todo bien, que nunca dejas de ofrecernos el agua viva de la gracia que brota de la roca, que es Cristo, el Salvador, escucha nuestras oraciones y concédenos el don del Espíritu, para que manifestemos con valentía nuestra fe y anunciemos con gozo a nuestros hermanos las maravillas de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Para que nuestra oración constante nos alcance los bienes que pedimos y podamos ayudar a otros muchos hermanos nuestros a confiar en nuestro Dios, cercano siempre. Roguemos al Señor.
Para que el Santo Padre Francisco, en este cuarto aniversario de su pontificado, sea asistido constantemente por la gracia y la fortaleza de Dios, para que guiando a su pueblo le haga sentir la certeza de que Dios está con nosotros. Roguemos al Señor.
Para que el Señor mueva los corazones de todos sus hijos, para que dejemos de ofendernos con nuestras injusticias y ambiciones; para que se acaben tantos robos y asaltos en las calles. Roguemos al Señor.
Para que infunda en todos nosotros el deseo de una verdadera conversión que nos merezca la cercanía de su bondad y para que recompense las buenas obras de nuestros familiares difuntos. Roguemos al Señor.
Para que todas nuestras familias tengan en san José un ejemplo de diálogo y comprensión, de generosidad y fidelidad, que nos provoque vivir en unidad y sinseridad. Roguemos al Señor.
Señor nuestro, fuente de todo bien, que nunca dejas de ofrecernos el agua viva de la gracia que brota de la roca, que es Cristo, el Salvador, escucha nuestras oraciones y concédenos el don del Espíritu, para que manifestemos con valentía nuestra fe y anunciemos con gozo a nuestros hermanos las maravillas de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA
DE LA COMUNIÓN
(Esta
antífona se
dice
cuando el sacerdote empieza a repartir la comunión Jn 4,13-14
El que beba el agua que yo le daré,
dice el Señor,
nunca más tendrá sed;
el agua que yo le daré,
se convertirá dentro de él,
en un manantial capz de dar la vida eterna.
(Y
se le pide a los fieles repetirla cuando el sacerdote está
purificando los vasos sagrados)
SALIDA
No
vuelvas a dudar de la cercanía de Dios en tu vida. El Padre, que tanto
nos ama, nos ha entregado a su Hijo y nos han dado el Espiritu Santo,
que nos hace sentirnos hijos amados de Dios. Siendo sus hijos, no nos
puede dejar solos en ningún momento.
Buen
domingo para todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario