sábado, 3 de febrero de 2018



DOMINGO QUINTO DEL TIEMPO ORDINARIO  CICLO B

ENTRADA
Buenos días.
La Palabra de Dios nos trae a la conciencia los sufrimientos de muchos hermanos nuestros que viven enfermos, en la pobreza, sin recursos para una vida mejor.  Jesucristo es el Salvador del mundo, pero nos llama a nosotros a hacer mucho en beneficio de los más necesitados.  Abramos nuestro corazón al mensaje de hoy. Bienvenidos a esta celebración.

PRIMERA LECTURA

Este texto del libro de Job nos presenta una triste realidad: la pobreza, la enfermedad. ¡cuántas personas se encuentran en esta misma situación!

SEGUNDA LECTURA

San Pablo se siente privilegiado por poder predicar la Palabra de salvación.  Que nuestro privilegio sea la posibilidad de ayudar a quien nos necesita.

EVANGELIO

Los enfermos y los pobres buscan a Jesús con mucha confianza, con la esperanza de un  cambio de vida.

ORACIÓN DE LOS FIELES 

PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, hermanos, al Padre del Unigénito, al Hijo del Dios eterno y al Espíritu, fuente de todo bien: (R/. Escúchanos, Señor.)

- Pidamos por todos nuestros hermanos que sufren enfermedades físicas, carencias económicas, desprecio de nuestra parte, que Dios Padre les fortalezca su esperanza y la confianza en tiempos mejores.
- Por nuestros gobernantes, que sean capaces de fijarse en las necesidades de los pobres y decidan dejar de despilfarrar los bienes económicos de la Patria.
- Por quienes han salido de su pueblo y de su patria en busca de mejores niveles de vida, que encuentren ayuda y comprensión de parte de quienes tienen posibilidades de hacer algo por ellos.
- Por nosotros mismos, que dispongamos nuestro corazón para ayudar a los necesitados que encontramos en nuestros caminos y los tratemos siempre con caridad cristiana.

Dios nuestro, que nos has manifestado tu amor por medio de tu Hijo, que soportó nuestras debilidades y cargó con nuestros dolores, escucha las oraciones de tu pueblo y haz que, siguiendo el ejemplo de Cristo, compartamos los sufrimientos de nuestros hermanos y animemos a los que sufren, iluminándolos con la luz de la esperanza. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 
(Esta antífona se dice cuando el sacerdote empieza a repartir la comunión

Cfr. Sal 106, 8-9 
Demos gracias al Señor por su misericordia, 
por las maravillas que hace en favor de su pueblo; porque da de beber al que tiene sed 
y les da de comer a los hambrientos.

(Y se le pide a los fieles repetirla cuando el sacerdote está purificando los vasos sagrados)

  
SALIDA
La Virgen María nos enseña a alabar a nuestro Dios porque siempre está en favor de los pobres, de los necesitados.  Pidamos a ella que mueva nuestros corazones para hacer siempre de bien a nuestros hermanos. La invocamos diciendo:  Bajo tu amparo…

Buen domingo para todos. 

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