sábado, 9 de junio de 2018

DOMINGO X DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO B

DOMINGO X DEL TIEMPO ORDINARIO    CICLO B

ENTRADA

Hoy se nos presenta una realidad: somos pecadores.  Sólo podemos encontrar tranquilidad y paz en la presencia de nuestro Dios que nos llama a purificarnos y practicar su Palabra, esto nos lleva a reconocer que necesitamos purificarnos por la práctica de las enseñanzas que recibimos en el corazón.  Estemos atentos y sigamos el ritmo de nuestra celebración que nos lleva desde el reconocernos pecadores hasta compartir la paz que Dios nos da.  Bienvenidos.

PRIMERA LECTURA
El pecado es insoportable para nosotros, buscamos defendernos culpando a otros.

SEGUNDA LECTURA
Nuestro cuerpo se cansa y se desgasta.  Pero sólo poniendo nuestra confianza en los bienes eternos vivimos animados y caminamos hacia la vida eterna

EVANGELIO
Dos enseñanzas en el Evangelio: Jesús rechaza las acusaciones de los fariseos e indica quiénes son su familia.

ORACIÓN DE LOS FIELES 

Dirijamos, hermanos, nuestra oración a Dios Padre misericordioso, con aquella confianza filial que el Espíritu de Cristo ha infundido en nuestros corazones, diciendo: Padre, escúchanos. (R/. Padre, escúchanos.) 

- Por el santo Padre Francisco, que Dios le dé la sabiduría suficiente para santificar al pueblo de Dios que se le ha confiado.

- Por nuestros obispos de todo el mundo, que el Espíritu Santo les dé el conocimiento suficiente de su Palabra para compartirla con su pueblo.
-  Por nuestra patria y sus gobernantes, que Dios nos haga saber a quiénes debemos escoger para mantener la unidad y la paz de nuestra nación y lograr un progreso verdadero.
-  Por los enfermos y desanimados, que Dios permita que seamos ayuda para ellos compartiéndoles el amor que Dios nos brinda para compartir con ellos.
-  Por nuestros difuntos, que estando en la gloria intercedan por nosotros para que reconociendo nuestras limitaciones nos empeñemos en alcanzar la santidad.


Padre santo, que has enviado a tu Hijo para librarnos de la esclavitud de Satanás, escucha nuestras oraciones y sostennos con la armadura de la fe, para que en la lucha cotidiana contra el Maligno participemos de la victoria pascual de Cristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.



ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 17,3

(cada renglón, así como está separado, así será repetido por todos después de la comunión.  Al empezar el sacerdote a repartir la comunión sólo lo dice el monitor de corrido.


Señor, tú eres mi fortaleza,
mi refugio, 
mi liberación y mi ayuda.
Tú eres mi Dios

(Y se le pide a los fieles repetirla cuando el sacerdote está purificando los vasos sagrados)


SALIDA
Dios está con nosotros, nos acompaña.  
Dios nos ha instruído.
Pongamos nuestro empeño en practicar lo que ha quedado en nuestro corazón.

Ahora decimos juntos: Dulce Madre...



Buen domingo para todos. 

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