sábado, 23 de noviembre de 2019

NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO REY DEL UNIVERSO

DOMINGO XXXIV DEL T. O.      CICLO C
NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO REY DEL UNIVESO.

ENTRADA
Buenos días. 
Durante todo el año litúrgico hemos sido instruidos para comprometernos en un reino de servidores, promotores de la justicia y de la paz, del perdón y de la caridad, de la verdad y de la vida.  Un reino de santidad.  Cristo nuestro maestro nos enseña cómo es su reinado: no es de egoísmo, ni siquiera defensa personal, sino un reino de servidores comprometidos a beneficiar al hermano.
Abramos nuestro corazón a esta enseñanza final del ciclo litúrgico.
Digamos todos: (decimos renglón por renglón para que repitan)
Digno es el Cordero que fue inmolado, 
de recibir el poder y la riqueza, 
la sabiduría, la fuerza y el honor. 
A él la gloria y el imperio 
por los siglos de los siglos.
Bienvenidos a esta celebración.

PRIMERA LECTURA
El rey David unificó todas las tribus de Israel en un solo pueblo.

SEGUNDA LECTURA
Hoy es día de acción de gracias porque Dios nos ha trasladado del reino de las tinieblas al reino de su hijo amado.

EVANGELIO
Fíjate bien en esto: Jesucristo no se defiende de las burlas de las autoridades ni de los malhechores y sí rápido ofrece la salvación a quien la pide.

ORACION DE LOS FIELES

Dirijamos, llenos de confianza, nuestras súplicas a Cristo, supremo Señor de la vida y de la muerte y rey de todas las creaturas del cielo y de la tierra y digamos: Rey de la Gloria, escúchanos. (R/. Rey de la gloria, escúchanos.)

- Para que los pastores de la Iglesia universal se empeñen en promover la reconciliación de todo el mundo con Dios Padre y entre todos los hombres a fin de que construyamos un mundo de justicia y de paz.
- Para que en cada cultura se reconozca la presencia de la Palabra de Dios que nos llama a formar una sola familia entre todos los pueblos y un reino de convivencia armónica y universal.
- Para que quienes no conocen el mensaje de Jesucristo y viven bajo el pecado y el sufrimiento, por la predicación evangélica sean trasladados al reino de luz y comprensión humana.
- Para que quienes hoy celebramos la solemnidad de Cristo, Señor supremo del universo, participemos también un día en la herencia del pueblo santo en el reino de paz y amor.
- Porque la labor del Papa misionero, esta semana en Tailandia y Japón, tenga como resultado la formación de una Iglesia más fuerte y también nuevos cristianos.

Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, que nos llamas a reinar contigo en la justicia y en el amor, escucha las oraciones de tu pueblo, sácanos del dominio de las tinieblas y fortalece nuestras débiles voluntades, para que sigamos las huellas de tu Hijo y, como él, demos la propia vida en bien de los demás y compartamos con ellos el reino de Cristo en el paraíso. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 28,10-11
En su trono reinará el señor para siempre
y le dará a su pueblo la bendición de la paz

SALIDA.
Cristo es rey universal, maestro del amor incondicional, Señor nuestro.  Lo que dijo lo cumplió en su propia persona y así nos ha dado ejemplo para que nosotros mismos hagamos lo que nos ha enseñado.  Nos enseñó a lavarnos los pies unos a otros que es un signo de servicio.  Ha dado su vida por cada uno de nosotros que formamos su pueblo.  Y hoy nos comprometemos a hacer lo mismo con el poder que nos da con sus sacramentos.
La Virgen María, madre nuestra, nos fortalece con su ejemplo y su intercesión.  La invocamos como nuestra protectora diciendo.
Dios te salve, reina y madre...
Feliz domingo 
Feliz semana para todos.

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