sábado, 8 de febrero de 2020

DOMIN GO V DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO A

DOMINGO V DEL TIEMPO ORDINARIO   ciclo A

ENTRADA

Jesucristo convoca a su pueblo para instruirlo, para llenarlo de su amor, para transformarlo con la eficacia de su palabra.  Hoy nos recuerda que todos somos sal de la tierra y luz del mundo y que muchas personas están pendientes y atentas a nuestras obras de vida cristiana, las que deben provocar que todos den gloria al Padre del cielo.
Bienvenidos.  Participemos con mucha devoción.

PRIMERA LECTURA
El profeta nos recuerda que la fe se demuestra en nuestras relaciones en la comunidad.
SEGUNDA LECTURA
San Pablo ha descubierto que los discursos con palabras sabias son inútiles para predicar a Cristo.
EVANGELIO
Cristo nos recuerda que somos luz y no para escondernos; que somos sal y debemos dar sabor
ORACION DE LOS FIELES
Oremos, hermanos, al Padre del Unigénito, al Hijo del Dios eterno y al Espíritu, fuente de todo bien: (R/. Escúchanos, Señor.) 

- Para toda nuestra Iglesia pidamos valentía y constancia en la proclamación del Evangelio y que muchas personas de buena voluntad den testimonio de su entrega a la Palabra que nos transforma.
- Para nuestros gobernantes pidamos justicia y rectitud, honradez y sinceridad para beneficiar a todo nuestro pueblo sin intereses personales.
- Para los enfermos y oprimidos, para quienes sufren desprecios pidamos la salud del cuerpo y la fortaleza del espíritu que les llena de paciencia.
- para nosotros mismos pidamos piedad y un mayor fervor que nos haga buscar con mayor empeño la práctica de las enseñanzas divinas.
- Para todos los fieles cristianos pidamos ser conscientes de que Cristo nos llama a ser luz para nuestros hermanos y que toda nuestra vida sea un ejemplo de caridad y servicio.

Dios nuestro, que nos has nombrado sal de la tierra y luz del mundo, enciende nuestros corazones con los sentimientos del corazón de tu Hijo para que amemos a todos los hombres como él lo hace y sirvamos a todos como nos ha servido.  Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Crf.  Mt 5, 5-6 
Dichosos los que lloran, porque serán consolados. 
Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, 
porque serán saciados.  

SALIDA.
Que el Señor nos encienda en piedad y en fervor.  Que nos mueva a dar testimonio de nuestra fe con nuestra vida diaria comprometidos a conocerlo más y a demostrar nuestro amor en la generosidad y atención al prójimo.  Que seamos prontos para servir como lo reconocemos en la Virgen María.
Nuestra arquidiócesis de Puebla se cita el próximo día 12 en la basílica del Tepeyac.  Alabamos a Dios y reconocemos las maravillas que hace en nuestro pueblo por la intercesión de la Santísima Virgen María a quien ahora invocamos.

V. El ángel del Señor anunció a María
R. y concibió por obra del Espíritu Santo.
Dios te salve María...
V. He aquí la esclava del Señor.
R. Hágase en mí según tu palabra. 
Dios te salve, María..
V. Y el Verbo de Dios se hizo carne.
R. Y habitó entre nosotros. 
Dios te salve, María...
V, Ruega por nosotros, santa Madre de Dios
R. para que seamos dignos de alcanzar
las promesas de Jesucristo. 
Oremos
Infunde, Señor,
tu gracia en nuestras almas,
para que, los que hemos conocido,
por el anuncio del Ángel,
la Encarnación de tu Hijo Jesucristo,
lleguemos por los Méritos de su Pasión y su Cruz, a la gloria de la Resurrección.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén. 
Gloria al Padre... 

Feliz domingo para todos.  Feliz semana.

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