DOMINGO III DE CUARESMA CICLO A

DOMINGO III DE CUARESMA          CICLO A

ENTRADA

Buenos días (tardes o noches).

En esta celebración eucarística meditaremos la acción de Dios a través de su criatura el agua para beneficiar a su pueblo, para darle la salvación, para darle la salud.  Pero es Dios mismo que actúa librándolo de los enemigos y haciéndolo renacer al mismo tiempo a través del agua.  Es Dios mismo esa agua que salva y que lava.  Invoquemos a Dios ahora también pidiéndole la salud para los enfermos, para los países enfermos, para todo el mundo

Bienvenidos a esta celebración dominical.

PRIMERA LECTURA

El pueblo enfermo en el desierto, lleno de dudas recibe un signo de la presencia de Dios que los protege.
SEGUNDA LECTURA

Cristo, el justo, murió por nosotros los pecadores.

EVANGELIO

Si conocieras el don de Dios... Señor, dame de esa agua para que vuelva a tener sed.

ORACION DE LOS FIELES

Instruidos por el ejemplo de Jesús, el Señor, que en el desierto se entregaba a la oración, oremos también nosotros con insistencia a nuestro Dios: (R/. Escúchanos, Señor.) 

- Para que nuestras penitencias cuaresmales nos alcancen el perdón de nuestros pecados y veamos fortalecida nuestra vida cristiana que nos compromete a amar al prójimo.

- Para que aumente nuestra fe y a pesar de las amenazas por las enfermedades nos sintamos fortalecidos con la presencia de Dios en nuestras vidas.

- Para que todas las personas que se sienten desesperanzadas ante las enfermedades, ante las dificultades diarias, puedan confiar más en Dios que es nuestra fortaleza.

- Por aquellas personas que han sido contagiadas por este virus moderno, que encuentren la salud por su confianza en Dios y la intercesión de la santísima Virgen María. 

- Que Dios nos libre de contraer cualquier enfermedad grave y nos mueva a confesar nuestros pecados para reconciliarnos con El.

Señor nuestro, fuente de todo bien, que nunca dejas de ofrecemos el agua viva de la gracia que brota de la roca, que es Cristo, el Salvador, escucha nuestras oraciones y concédenos el don del Espíritu, para que manifestemos con valentía nuestra fe y anunciemos con gozo a nuestros hermanos las maravillas de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 4,13 

El que beba del agua que yo le daré, 

dice el Señor, 

nunca más tendrá sed

SALIDA.

Dios está siempre a favor de su pueblo, a favor de los humildes que se confían a El y todo lo esperan de El.  Lo invocamos pidiéndole la salud para todo el mundo, la salud para nuestra Patria. Y sabiendo que nos dejó a su santa Madre como Madre nuestra la invocamos en esta grave necesidad.  

Digamos: Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios, no desprecies las súplicas que te hacemos ante nuestras necesidades, antes bien, líbranos de todos los peligros, oh Virgen gloriosa y bendita 
ruega por nosotros, santa Madre de Dios
para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo, Amén.
Buen domingo y feliz semana para todos.