sábado, 24 de septiembre de 2016

DOMINGO XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO C

DOMINGO XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO           CICLO C

Al monitor:  saluda a la gente diciendo buenos días y espera a que estèn de pie y vièndote, que estén atentos ya a ti.  ahora sì puedes decir la monición de entrada.

ENTRADA
Buenos días:
Sean todos bienvenidos a esta celebración dominical.
El profeta Amós y San Lucas ofrecen una dura llamada de atención  a los corazones satisfechos e insensibles ante  los hombres enfermos y necesitados.  Dios nos necesita para cambiar estas situaciones eternas. Abramos nuestro corazón al amor misericordioso de nuestro Dios.


PRIMERA LECTURA
Nuevamente el profeta Amós. Escuchamos hoy un reclamo muy duro a los corazones insensibles a las clases sociales desprotegidas. Ciertamente Dios no olvida esas acciones

SEGUNDA LECTURA
San Pablo indica a su amigo Timoteo las actitudes que debe tener como hombre de Dios. Atendamos, porque esto indica nuestra oración por los sacerdotes.

EVANGELIO
Con una preciosa parábola Jesucristo nos cuestiona: dónde está lo aprendido, dónde está tu práctica de la misericordia.

ORACIÓN DE LOS FIELES
Oremos, hermanos, por todos los hombres y por todas sus necesidades, para que a nadie falte nunca la ayuda de nuestra caridad y digamos: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)Para que el Señor conceda a su Iglesia ministros numerosos y audaces que motiven a todos a vivir haciendo obras que beneficien a los necesitados.
Por nuestros gobernantes, que Dios les conceda el deseo de ser justos y los objetivos que beneficien a los más pobres.
Para que aquellos que buscan sinceramente a Dios encuentren la verdad que desean y sepan compartirla en sus enseñanzas y en su actuar.
Para que el Señor mueva nuestros corazones a encontrar la paz y la justicia haciendo siempre el bien y las obras de caridad.
Para que Dios nos conceda preparar nuestra muerte escuchando su palabra y poniendo en práctica obras que beneficien a nuestros hermanos necesitados.


Dios nuestro, que conoces perfectamente lo que hay en nuestro corazón haz justicia a los oprimidos y concédenos que, al escuchar tu palabra, creamos que Cristo está verdaderamente entre nuestros hermanos necesitados y en ellos espera nuestra caridad. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN  Cfr. Sal 118, 49-50
Recuerda, Señor, 
la promesa que le hiciste a tu siervo, 
ella me infunde esperanza 
y consuelo en mi dolor.

SALIDA


No olvidemos en nuestra oración pedirle a nuestro Dios estar atento a las necesidades de los pobres y enfermos; que no permita que nuestro corazón sea insensible ante las carencias que les lastiman, que seamos una mano amiga y misericordiosa tendida siempre a quien la necesite.
Buen domingo para todos.

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