viernes, 24 de febrero de 2017

DOMINGO VIII DEL TIEMPO ORDINARIO

DOMINGO VIII DEL TIEMPO ORDINARIO

ENTRADA
Buenos días.
 
En esta ocasión vamos a quedar admirados por la forma en que Dios nos manifiesta su amor; El se manifiesta como el amor mismo.  Se compara con el amor de una mujer por su propio hijo.  Y los cuidados que El nos tiene no se pueden minimizar.  Si entendemos que Dios es nuestro protector vamos a poder relacionarnos con El de una nueva manera: como hijos que confían ciegamente en la voluntad y en la providencia paterna.
Bienvenidos a esta celebración.

PRIMERA LECTURA
Nadie tiene un amor más grande por nosotros que nuestro Dios.  Aunque una madre abandonara a su hijo, nuestro Dios no nos puede abandonar.

SEGUNDA LECTURA
Dios confía en nosotros como en un administrador.  Atendamos esta Palabra de Dios que nos invita a revisar nuestro actuar y confiar en Dios que vendrá a juzgarnos.

EVANGELIO
Jesucristo manifiesta hoy para todos nosotros la providencia divina, nos invita a no preocuparnos por la comida o el vestido, pues Dios sabe que lo necesitamos,

ORACIÓN DE LOS FIELES   
 Ahora le presentamos a nuestro Padre Dios las necesidades de todo su pueblo confiando en Él, vamos respondiendo; "Señor, mi vida está en tus manos".

Pidamos a Dios por toda la Iglesia, para que cada uno de nosotros los fieles cristianos demostremos nuestra confianza en la providencia divina y así lo enseñemos a nuestra familia.
Pidamos por todos los que tienen autoridad en el mundo, que su trabajo por la paz y el progreso garantice el bienestar para todos los ciudadanos.
Pidamos por todos los que viven lejos de fu hogar, por quiens están de viaje, por quienes se encuentran en peligro, para que Dios los proteja en todo momento.
Pidamos a Dios por todos nosotros aquí reunidos, que aprendamos a confiar siempre en la providencia divina conforme la Palabra de Dios hoy nos ha enseñado
Padre santo, que velas con amor por cada una de tus creaturas, escucha nuestras oraciones y sosténnos con la fuerza de tu Espíritu, para que no nos agobiemos por el mañana, sino que vivamos confiados, buscando sobre todo tu reino y su justicia. Por Jesucristo, nuestro Señor.


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 
(Esta antífona se dice cuando el sacerdote empieza a repartir la comunión
 
Cfr.     Sal 12, 6
Cantaré al Señor 
por el bien que me ha hecho, 
y entonaré un himno de alabanza 
al Dios Altísimo.
(Y se le pide a los fieles repetirla cuando el sacerdote está purificando los vasos sagrados)
 SALIDA
Recuerda que todos somos luz del mundo y sal de la tierra; que Cristo cuenta con cada uno de nosotros para darlo a conocer, para atraer a otros hermanos a nuestra comunidad y esto sólo lo logramos con nuestro trato de caridad al prójimo.
Buen domingo para todos.




No hay comentarios: