DOMINGO XIX DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo C

DOMINGO XIX DEL TIEMPO ORDINARIO  Ciclo C

ENTRADA

Buenos días.

Continuamos la enseñanza sobre los bienes materiales, que no pueden ser el centro de nuestra vida.  Tener lo suficiente para la vida, tener un trabajo estable, tener paz en el corazón y paz en la familia debe ser nuestro objetivo.  Que a nadie le falte el pan de cada día y la caridad de los hermanos.  Que esta sea nuestra petición de hoy.

Bienvenidos a esta celebración dominical.

PRIMERA LECTURA

Somos el pueblo de Dios y creemos y confiamos en la firmeza de sus promesas

SEGUNDA LECTURA

A lo largo de la historia, el pueblo de Dios ha confiado en las promesas divinas; una patria mejor: el cielo

EVANGELIO

Somos servidores de Dios, y él espera de nosotros fidelidad y prudencia.

ORACION DE LOS FIELES

Oremos, hermanos, a nuestro Señor Jesucristo, para que, acordándose de su promesa, escuche la oración de los que nos hemos reunido en su nombre. Digamos: escúchanos, Señor. (R/. Escúchanos, Señor.)

- Por el Papa, los obispos y los sacerdotes.  Que su vida toda sea testimonio de la confianza que Dios nos pide en esta vida anticipando los bienes del cielo.

- Por todas nuestras familias. Que siempre seamos capaces de manifestarnos confiados en la Providencia Divina, sin preocupaciones por los bienes materiales.

- Por los enfermos, por los ancianos que no participan con nosotros de la santa misa, que podamos atenderlos también en sus necesidades espirituales.

- Por todos nuestros familiares y conocidos, que nunca olviden que Dios nos llama para encontrarnos todos en el cielo y nos esforcemos por seguir la voz de Cristo, nuestro Pastor.

- Por nuestros difuntos.  Que Dios les tenga ya en la vida eterna, gocen de su presencia y participen de la alabanza del cielo.

Escucha, Señor, nuestras oraciones y haz que los corazones de tus fieles se inflamen en la fe que proclamamos y que estemos siempre preparados para recibirte cuando vengas a recoger el fruto de nuestras buenas obras.  Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 6,51

El pan que yo les daré es mi carne
para la vida del mundo
dice el Señor.

SALIDA.

Aprendamos y pongamos en práctica la enseñanza de hoy: no es la abundancia de los bienes materiales lo que causa la felicidad al hombre sino una vida de sencillez y modestia lo que favorece las mejores oportunidades para todos.  No caigamos en la cultura del descarte, sino en la caridad, en el amor que comparte y que se interesa por todos.

La Virgen María es nuestra intercesora ante la misericordia divina. Digamos juntos:

Dios te salve, reina y madre...
Feliz domingo 

Feliz semana para todos.